Es el instrumento básico para la ordenación de la profesión, previsto en el ordenamiento jurídico, mediante el cual se verifica la identidad y habilitación profesional de autor del trabajo y la corrección e integridad formal de la documentación del trabajo profesional de acuerdo con la normativa aplicable al trabajo del que se trate.
Su fin último es asegurar que la profesión de ingeniero industrial se ejerza de acuerdo a unos mínimos de calidad y seguridad, los cuales son fijados por la norma en beneficio de los usuarios, del propio profesional y de la sociedad en su conjunto.
Por tanto, se trata de una función de carácter público, y realizada en interés general, cuya práctica no corresponde a los órganos administrativos, sino que es delegada por Ley a los Colegios profesionales.